Las pruebas y el oro
La noche está fría. Muy fría. Ese domingo, como tantos otros, se presta para quedarse en casa, bajo la tibia prisión de las cobijas… Pero tenemos una cita ineludible. Como cada domingo, nuestros amigos “de la calle” nos están esperando. Y realmente, no esperan tanto la sopa o la comida caliente, como sí esperan nuestro abrazo y compañía. ¿Quién no querría honrar semejante afecto? Así que allí salimos, al encuentro de nuestros hermanos, esperando un recorrido parecido al de otras noches. Ya saben… La misma gente, la misma dinámica… Y así fue que estando con Carlitos, divirtiéndonos como solemos hacerlo, recibimos una visita muy especial… Dios está presente en su Creación, en todo momento, pero nosotros estamos tan distraídos que no podemos verlo. Por eso Él se manifiesta, a veces tímidamente y otras veces con suma fuerza. Se vale de cualquier cosa a mano para entregarnos su mensaje de amor y hacernos saber qué está cerca. Mientras “soporto” (con mucho humor y amor) que Carlitos...