A mi amigo, que está en la cárcel
Los pongo en situación: Con un grupo de amigos hace ya cuatro años que recorremos las calles acercando algo de comer y tomar a los "sin techo". A fuerza de momentos compartidos (a veces alegres, a veces tristes), ellos se han metido en nuestra piel y forman parte de nuestra vida. En el día de ayer nos enteramos que uno de nuestros amigos, Ricardo, había sido llevado preso el día viernes. No supieron decirnos exactamente por qué. Ésta es mi carta para él:
Yo no sé qué es lo que te llevó a estar hoy ahí. No quiero imaginar qué macana te mandaste, porque eso me enfrentaría a mis errores, por lo que poco he pagado. Tampoco es importante, porque por un lado me duele que estés allí, donde el gris se extiende más allá del horizonte; pero me consuela pensar que hoy dormís bajo un techo y tenés un plato de comida caliente. Pensar que aquí afuera ni siquiera eso tenías garantizado. Y no quiero intentar entender desde mi burbuja porteña, de clase media llena de privilegios, qué fue lo que te llevó a querer anestesiarte con drogas o con alcohol. ¿Qué puedo comprender yo, que recién empiezo a vivir? ¿Desde qué lugar puedo yo juzgar tus decisiones? Sólo Dios sabe qué dolores atravesaste, qué pensamientos nublaron tu entendimiento, y la lucha de tu verdadero ser peleando por imponerse. Porque yo estoy en el jardín preescolar de la vida, y tengo mucho aún por aprender, pero soy capaz de mirar a los ojos y reconocer un alma. Y me estremezco de miedo por ella al pensar que podés haber lastimado a alguien, porque en los momentos que pudimos compartir juntos y me ofreciste una sonrisa, un abrazo y una mirada llena de cariño yo pude ver un hombre con ganas de superarse, de hacer orgullosa a su familia (sobre todo a su mamá), de vivir mejor. ¡Ay, negrito querido! Qué dolor que nuestro amor no haya sido suficiente... Ahora espero que en este tiempo que tengas que pasar guardado tu corazón se vuelva hacia Jesús y puedas convertirte en el hombre que naciste para ser. Aquí te vamos a estar esperando tus amigos.
Tere
P.D.: Nos dijeron: "Cayó con Carlitos". Y a mí me quedó resonando el "cayó"... Porque pienso que uno no puede caerse más allá del suelo, y la distancia entre el suelo y volver a estar en pie nunca es tan grande. Me quedo tranquila pensando que "caíste", pero ya te vas a levantar.
Yo no sé qué es lo que te llevó a estar hoy ahí. No quiero imaginar qué macana te mandaste, porque eso me enfrentaría a mis errores, por lo que poco he pagado. Tampoco es importante, porque por un lado me duele que estés allí, donde el gris se extiende más allá del horizonte; pero me consuela pensar que hoy dormís bajo un techo y tenés un plato de comida caliente. Pensar que aquí afuera ni siquiera eso tenías garantizado. Y no quiero intentar entender desde mi burbuja porteña, de clase media llena de privilegios, qué fue lo que te llevó a querer anestesiarte con drogas o con alcohol. ¿Qué puedo comprender yo, que recién empiezo a vivir? ¿Desde qué lugar puedo yo juzgar tus decisiones? Sólo Dios sabe qué dolores atravesaste, qué pensamientos nublaron tu entendimiento, y la lucha de tu verdadero ser peleando por imponerse. Porque yo estoy en el jardín preescolar de la vida, y tengo mucho aún por aprender, pero soy capaz de mirar a los ojos y reconocer un alma. Y me estremezco de miedo por ella al pensar que podés haber lastimado a alguien, porque en los momentos que pudimos compartir juntos y me ofreciste una sonrisa, un abrazo y una mirada llena de cariño yo pude ver un hombre con ganas de superarse, de hacer orgullosa a su familia (sobre todo a su mamá), de vivir mejor. ¡Ay, negrito querido! Qué dolor que nuestro amor no haya sido suficiente... Ahora espero que en este tiempo que tengas que pasar guardado tu corazón se vuelva hacia Jesús y puedas convertirte en el hombre que naciste para ser. Aquí te vamos a estar esperando tus amigos.
Tere
P.D.: Nos dijeron: "Cayó con Carlitos". Y a mí me quedó resonando el "cayó"... Porque pienso que uno no puede caerse más allá del suelo, y la distancia entre el suelo y volver a estar en pie nunca es tan grande. Me quedo tranquila pensando que "caíste", pero ya te vas a levantar.
Comentarios
Publicar un comentario