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Mostrando las entradas de 2015

Siempre me gustaron las narices rojas. Por eso tengo más frío en verano.

(La frase del título la dijo un profe mío en la facu y me quedó resonando. He aquí la historia que inventé para esa frase) Creo que todo se reduce a ese recuerdo, aunque ahora no me atrevo a afirmar si realmente sucedió así o mi mente lo recreó de esa forma. Como sea, se siente más real que mi reflejo por las mañanas. Mi mamá enfundada en una campera mullida de estampado floreado, saliendo de la cabaña. Sus botas negras pisando la nieve que cede bajo su peso. Comienza a buscarme con la mirada. De pronto me ve, sonríe, y ciertos detalles se me graban a fuego. El blanco de sus dientes, el aliento que se condensa al escapar de su boca en cada exhalación, la nariz colorada por el frío y por el sol, y los ojos sonrientes... Nunca volví a verla tan feliz... Luego vinimos a Buenos Aires, donde ya no nevaba y las sonrisas de mi mamá no llegaban a sus ojos. Mirando hacia atrás comprendo que yo era demasiado pequeña para entender. Por eso me enojé con ella cuando me trajo a vivir a ...

Historia de dos almas

Existe un jardín donde las almas que esperan encarnar pasan sus tardes y sus mañanas. Allí se encuentran, se conocen, se hacen cercanas. Cuando llega el momento de separarse, porque una de ellas está por nacer, prometen con desesperación jamás olvidarse. Prometen buscarse en la Tierra para continuar la amistad… Sin embargo, el cuerpo del hombre lo olvida todo, y sabe que algo le hace falta, pero no sabe qué… Busca y se frustra, porque no sabe lo que busca. Pero en determinado momento, conoce a alguien y algo sucede. Sucede que la energía que se encontraba dispersa comienza a fluir en una sola dirección. Sucede que la razón no comprende el porqué de la conexión. Sucede que las almas se reconocen, aunque los corazones apenas estén comenzando a hablar. Sucede que una parte nuestra “recuerda” la familiaridad con la que nuestras almas se encontraban para jugar, para descansar sobre la hierba fresca y abrazarse al caer el sol… Esta la historia de dos almas que se reconocieron: La soleda...

Las pruebas y el oro

La noche está fría. Muy fría. Ese domingo, como tantos otros, se presta para quedarse en casa, bajo la tibia prisión de las cobijas… Pero tenemos una cita ineludible. Como cada domingo, nuestros amigos “de la calle” nos están esperando. Y realmente, no esperan tanto la sopa o la comida caliente, como sí esperan nuestro abrazo y compañía. ¿Quién no querría honrar semejante afecto? Así que allí salimos, al encuentro de nuestros hermanos, esperando un recorrido parecido al de otras noches. Ya saben… La misma gente, la misma dinámica… Y así fue que estando con Carlitos, divirtiéndonos como solemos hacerlo, recibimos una visita muy especial… Dios está presente en su Creación, en todo momento, pero nosotros estamos tan distraídos que no podemos verlo. Por eso Él se manifiesta, a veces tímidamente y otras veces con suma fuerza. Se vale de cualquier cosa a mano para entregarnos su mensaje de amor y hacernos saber qué está cerca. Mientras “soporto” (con mucho humor y amor) que Carlitos...

A mi amigo, que está en la cárcel

Los pongo en situación: Con un grupo de amigos hace ya cuatro años que recorremos las calles acercando algo de comer y tomar a los "sin techo". A fuerza de momentos compartidos (a veces alegres, a veces tristes), ellos se han metido en nuestra piel y forman parte de nuestra vida. En el día de ayer nos enteramos que uno de nuestros amigos, Ricardo, había sido llevado preso el día viernes. No supieron decirnos exactamente por qué. Ésta es mi carta para él: Yo no sé qué es lo que te llevó a estar hoy ahí. No quiero imaginar qué macana te mandaste, porque eso me enfrentaría a mis errores, por lo que poco he pagado. Tampoco es importante, porque por un lado me duele que estés allí, donde el gris se extiende más allá del horizonte; pero me consuela pensar que hoy dormís bajo un techo y tenés un plato de comida caliente. Pensar que aquí afuera ni siquiera eso tenías garantizado. Y no quiero intentar entender desde mi burbuja porteña, de clase media llena de privilegios, qué fue lo...

Qué hermosas son las personas

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Los pongo en situación. Fue el fin de una semana de esfuerzos, durmiendo muy poco, leyendo mucho, rindiendo tres exámenes en la facultad, sin tiempo de nada... Cumple un amigo de hace 21 años... Fernet y maní japonés, charla sobre religión en un taxi camino a una fiesta, un poco más de fernet, sacarle una sonrisa al bartender del boliche, ver a mis amigos reír con ganas, bailar apretujados cumbias de nuestro viaje de egresados de la primaria, y luego... la vuelta a casa. Salgo del lugar lleno de humo al aire fresco de la madrugada. Sonrío, siempre que vuelvo de encontrarme con mis amigos sonrío. Intercambio unas palabras con la chica de seguridad que me levanta la cadenita para que pueda salir. Ahora ella también sonríe, y yo pienso: "Qué hermosa es". Voy a cruzar la avenida. Espero que cambie el semáforo dejando danzar en mi cabeza las imágenes de esa noche, mientras sonrío, por supuesto. Cruza conmigo un grupito de chicos, creo que más jóvenes que yo. Todos hablan a lo...

Cada vez está más difícil conversar/conectar

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No sé si esto me pasa sólo a mí, pero siento que cada vez más las conversaciones son monólogos que se alternan, en lugar de ser verdaderos intercambios entre las personas. Quizás yo haya entendido mal las cosas, pero creía que en una conversación es importante la escucha del otro, y nuestra respuesta, de alguna manera, tiene que integrar aquello que nos fue dicho. ¡Cuánto más enriquecedora es una charla si nuestro interlocutor es capaz de problematizar nuestras convicciones! ¿Acaso no es maravilloso cuando alguien nos da un punto de vista diferente sobre un asunto que nos hace descubrir nuevos aspectos insospechados? Porque tanto si uno modifica lo que pensaba, o por el contrario lo reafirma, ambas operaciones tienen valor a la luz de lo que el intercambio puso en movimiento en nuestra subjetividad. En este sentido, se me viene a la mente la imagen de mis años de alumna de teatro. Una premisa fundamental de la escena es que uno debe reaccionar a los estímulos que presentan los compañ...

No nos cuentan los fracasos

La web está llena de historias inspiracionales, donde el lema "SIGUE TUS SUEÑOS" atraviesa cada línea. Si esto es cierto desde hace varios años, la muerte de Steve Jobs vino a ser la máxima expresión de esta premisa. Las redes sociales se llenaron de frases motivadoras, historias de superación, relatos de personas que renunciaron a sus trabajos para hacer "lo que aman" y terminaron teniendo éxito, personas que aseguran como si fuera una verdad irrefutable la premisa "si haces lo que amas, el dinero vendrá solo". Todo esto suena tan prometedor... Pero yo me pregunto: ¿no hay una sola persona que lo haya apostado todo y perdió? ¿Nadie está ahí afuera hablando de lo aterrador que es dejar ir lo seguro? ¿O es que hay ciertos requisitos que se tienen que cumplir para hacer la apuesta, requisitos que aseguran el premio? Quiero decir, las condiciones materiales de existencia de la persona influyen en sus decisiones. Claramente no es lo mismo renunciar a un trab...